Para todas las madres olvidadas

14/05/2023 - 12:00 am

No existe un vínculo más fuerte y más hermoso que el vínculo de las madres y sus hijos, no existe un amor más puro y más desinteresado que este, en numerosas situaciones madres han realizado acciones completamente imposibles físicamente para salvar a sus bebés, día a día madres dejan su vida de lado para poder proveer a sus hijos y aunque para la especie humana la maternidad no es de color rosa, para otras especies la hemos convertido en una pesadilla.

En animales considerados “de compañía”, en los criaderos, las perras se encuentran a menudo en condiciones deplorables y antihigiénicas, en jaulas pequeñas, hacinadas, desnutridas, descalcificadas de estar continuamente embarazadas para poder sacar la mayor cantidad de perritos posible, sin importar para nada la vida y bienestar de la madre, los cachorros son separados tempranamente de la madre por lo cual su salud tampoco es la mejor y son muy susceptibles a enfermarse, desgraciadamente los criaderos existirán hasta que decidamos que la vida animal no tiene precio y dejemos de comprarlos.

Para las cerdas podría parecer increíble, pero existen las llamadas “jaulas de gestación” y “jaulas de maternidad” que básicamente son cárceles minúsculas para inmovilizar a las madres cerdas, me produce un shock mental asociar estas dos palabras: “jaula” y “maternidad”, en estas jaulas de piso de cemento, las cerdas no pueden voltearse ni moverse desarrollando estereotipias frecuentemente como el mordisqueo de las barras de metal de la jaula y la masticación al vacío, después que nacen las crías están con su madre el mínimo tiempo y les son arrebatas para convertirlas en carne o futuras madres explotadas, una cerda pasa alrededor de tres años inmovilizada en “jaulas de gestación o maternidad”, después es considerada “desecho” y es mandada al rastro. Es una locura que una vida pueda ser considerada de desecho, pero es verdad y así se refieren a ellas en la explotación con ese término tan degradante y vil.

Explotación de vacas. Foto: JMcArthur, We animals

¿Qué puedo decir de las vacas? Que son las que, en mi opinión, tienen la maldición más grande por ser madres. Desafortunadamente para ellas de alguna retorcida forma, los humanos empezamos a tomar su leche desde hace cientos de años y las esclavizamos para seguirlo haciendo. Las vacas no “dan” leche de manera natural, las vacas producen leche cuando son madres y para que esto suceda son inseminadas artificialmente, lo cual es una práctica invasiva y dolorosa, el tiempo de gestación de una vaca es de nueve meses, igual que en los humanos, cuando el bebé nace es arrebatado de su madre.  Existen numerosos videos de vacas corriendo frenéticamente persiguiendo a quienes le arrebatan a sus bebés, no puedo imaginar lo doloroso que resulta para ellas sufrir esto contantemente, los pobres becerros son separados de su madre ya sea para ser explotados como carne o para ser esclavizadas -como su madre- si son hembras.

La vaca madre estará conectada a máquinas ordeñadoras o será ordeñada manualmente todos los días de su vida, esto se repetirá una y otra vez por aproximadamente siete años en los cuales estará siempre parada sobre concreto y heces. Durante su vida, es muy común que las vacas desarrollen enfermedades como la mastitis, la cual es extremadamente dolorosa y se les suministran muchísimos antibióticos sin curarlas, sólo las mantienen hasta que dejan de ser rentables o colapsan y son mandadas al rastro.

Que gran maldición para las perras, cerdas y vacas es el ser madres, que gran maldición para los animales es que se hayan cruzado con nosotros los humanos en su existencia.

 

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